miércoles, 31 de agosto de 2016

0040 TEMPLO DEL SANTO NIÑO JESUS EL LIMOSNERITO



Templo católico construido en la década de los cuarenta por la Congregación de San José y cedido a la Arquidiócesis de México en 2005. Se ubica en la calle Clavel. En él se venera una imagen del Niño Jesús que data de principios del siglo XX, ordenada manufacturar por el religioso josefino José María Troncoso y Herrera, en Barcelona. Con el fin de recaudar fondos para los templos de la Congregación de San José, Troncoso ideó que la imagen tuviera una actitud suplicante, con una bolsa en una de sus manos. Dicha imagen se conserva en el templo. Su fiesta patronal es el 6 de enero, a la cual es tradición que acudan concheros, conocidos como "danzantes". El templo es referido también como "El Laguito", ya que en los terrenos en los cuales se asienta, se formaba un remanso del antiguo Río Consulado, que pasa a un costado, ahora entubado bajo el Circuito Interior Bicentenario.

0039 SAN SALVADOR DE LAS FLORES



Donde nace la Calzada Camarones, a la altura de la Calzada de los Gallos, hay una pequeña iglesia que suele pasar desapercibida, la Parroquia de San Salvador de las Flores que se encuentra dentro del barrio de San Salvador Xochimanca, en tiempos prehispánicos pertenecía a Tlatelolco cuando se le conocía precisamente como Xochimanque, “Los que colocan las flores”, después de la conquista se le llamó San Salvador siendo este este su santo patrono, actualmente esta colonia pertenece a la delegación Azcapotzalco; se dice que el nombre de este lugar, hace referencia a un grupo de artesanos dedicados al oficio de elaborar adornos florales, llamados Xochimanque, quienes adoraban como diosa patrona a Coatlicue o Coatlan Tona, celebrando su fiesta en el mes de Tozoztontli; este lugar, formaba parte de una gran isla por la que pasaba la Calzada de Nonoalco, que partía del tianguis de Tlatelolco y lo comunicaba en tierra firme con Tacuba y Azcapotzalco.
En la fachada de esta parroquia hay una inscripción indescifrable donde al final se aprecia el numero 1.634, lo cual hace pensar que la iglesia es muy antigua, y aunque sin duda lo es, uno no puede estar seguro de que esté ahí desde hace más de tres siglos, desgraciadamente no hay mucha información de este sitio que de cualquier forma, desborda historia.

jueves, 25 de agosto de 2016

0038 EL TRIANGULO DE TACUBAYA

El Edificio Ermita está ubicado en el cruce de las avenidas Jalisco y Revolución, en Tacubaya, uno de los barrios de la Ciudad de México. Es una de las obras más influyentes de la arquitectura mexicana de la primera mitad del siglo XX.
Diseñado por el arquitecto Juan Segura Gutiérrez y construido en 1930, forma parte del patrimonio arquitectónico de México y tiene un valor simbólico dentro de los lugares de la memoria del exilio español en México.
Este edificio se convirtió en un referente del exilio republicano español en México puesto que fue vivienda de un gran número de familias exiliadas, erigiéndose como uno de los puntos de encuentro y reunión más destacado. Esto fue así debido a que eran pequeños departamentos amueblados, que cumplían los requisitos de vivienda transitoria o temporal, pues las familias de exiliados consideraban y esperaban regresar a sus lugares de origen en España.

Arquitecto Juan Segura Gutiérrez (1898-1989)
Entre las familias que habitaron en el Edificio Ermita se encuentran:
  • Rafael Alberti
  • Manuel Altolaguirre
  • Juan López Durá
  • María de la Caridad Martín Fernández
  • Ramón Mercader
  • Carlos Ordoñez García
  • Langston Hughes (1935)
  • El llamado ‘Triángulo de Tacubaya’ con el paso del tiempo se ha convertido en un referente arquitectónico y popular de la Ciudad de México debido a su ubicación en uno de los cruces más importantes de la ciudad y la emblemática publicidad en la punta del edificio.
    El edificio se construyó sobre los escombros del arco de entrada a la propiedad de los Mier y Pesado con el propósito de generar riqueza a partir de la renta de viviendas, ingresos con los que se apoyarían las obras altruistas de la Fundación Mier y Pesado.
    En la actualidad este icono de la arquitectura mexicana sigue en poder de la Fundación Mier y Pesado, obra de asistencia social creada por encargo de Doña Isabel Pesado De la Llave , Duquesa de Mier en memoria de su difunto esposo y del único hijo de la pareja.
    Desde su planeación hacia 1930, el Edificio Ermita fue concebido como una obra de vanguardia capaz de albergar comercios, un cine (que con el tiempo se convertiría en el teatro Hipódromo Condesa) y un conjunto de departamentos de diferentes dimensiones.

sábado, 20 de agosto de 2016

0037 VIVIR EN SOLDOMINIO


Conocidos como los Soldominios, los edificios del conjunto residencial   Morelos son un distintivo de la colonia Doctores. Se construyeron entre 1968 y 1972 en sustitución de las porfirianas casas Del Buen Tono, otro proyecto de Miguel Ángel de Quevedo que buscaba albergar a empleados de altos rangos, básicamente un conjunto como el Mascota pero con mayores áreas verdes y con más espacio.Los Soldominios ocuparon desde entonces la manzana circunscrita por Dr. Liceaga, Dr. Carmona, Dr. Navarro y Dr. Lucio y parte de la siguiente manzana al este. Este conjunto urbano, que siguió los principios urbanísticos de Le Corbusier, comprende áreas verdes y peatonales, luz para todos los espacios habitacionales, comercios en las plantas bajas y la optimización del terreno mediante la construcción vertical; aunque menos lograda que en otros ejemplos como el C.U.P.A. o Nonoalco-Tlatelolco.Cada una de las torres con planta en forma de “H” es de quince pisos de altura y sus caras ciegas están intervenidas con murales en tirol pigmentado de motivos abstractos, cinetistas y con clara influencia del abstraccionismo soviético de principios del siglo XX. En las plantas bajas la intervención no sólo es bidimensional, sino escultórica, se trata de una serie de escultomurales en concreto colado y martillado. Estos paneles, también de motivos abstractos, vestibulan entradas y decoran los muros exteriores de las torres.La intervención escultopictórica de este conjunto quedó a cargo del grupo Arte Colectivo en Acción liderado por el muralista José Hernandez Delgadillo, quien se sentía comprometido con las causas socialistas y militaba con el proletariado a través de sus intervenciones plásticas. Tal vez esta sea la razón de su cercanía con la estética de la Unión Soviética y del anonimato a través de una acción colectiva.

0036 LA MASCOTA DE BUCARELI




El Edificio La Mascota cumple 100 años como uno de los ejemplos más acabados de la arquitectura porfiriana, que se mantiene más vigente que nunca.
Ernesto Pugibet, dueño de la fábrica de cigarros El Buen Tono, una de las más grandes de la época, tuvo la idea de construir un edificio para albergar a parte de sus trabajadores.
El ingeniero encargado del proyecto fue Miguel Ángel de Quevedo.
El edificio sería similar a los conjuntos parisinos, de departamentos agrupados con calles que parecen más bien callejones o pasajes.
La Mascota, de acuerdo con arquitectos y urbanistas como Miquel Adriá, es un ejemplo de arquitectura que persiste al paso de los años siendo funcional, y resultan más eficientes que los conjuntos habitacionales actuales, apartados de la ciudad, con servicios caros, donde vive mucha gente en poco terreno, con servicios urbanos suficientes y conectada mediante sistemas de transporte.
La Mascota cuenta con tres “calles” o pasajes que van de Abraham González a Bucareli.
Su ubicación marcaba la frontera del barrio más afrancesado de todos los que se edificaban en ese entonces: la colonia Americana, hoy Juárez.
El costo de la obra fue de dos millones 500 mil pesos de la época. Abarca 100 metros por lado, cuenta con tres módulos que suman 175 apartamentos para la clase media de ese entonces.
Su estructura fue prefabricaba y armada en el lugar, una técnica que comenzó a efectuarse a inicios del siglo XX.
Estos logros técnicos sólo se los podía dar una empresa como El Buen Tono, que se había convertido en la más grande cigarrera de México.
Había adquirido la tecnología para elaborar cigarros sin pegamento y era la accionista mayoritaria de la Cigarrera Mexicana y la Tabacalera Mexicana. Dominaba la mitad del mercado nacional y había llevado a la quiebra a productores artesanales.
La Mascota es de los edificios cuyos departamentos, de dos o tres recámaras, han permanecido habitados durante cien años.
Los apartamentos cuentan con uno o dos patios interiores, e incluso sótanos. Cuentan con espacios para sala, comedor, salón para televisión o juegos, que, como explica Adriá, servían para las tradicionales familias compuestas de padre, madre e hijos.
La Mascota no fue el único edificio de su tipo construido por El Buen Tono. La prosperidad de la empresa cigarrera era tal, que se alcanzaron a edificar dos conjuntos similares.
Uno de ellos estaba ubicado en la manzana que forman las calles Doctor Carmona y Valle, Doctor Liceaga, Doctor Lucio y Doctor Navarro, que contenía calles privadas y jardines internos.
El otro se encontraba en la manzana de las calles Doctor Navarro, Doctor Lucio y  Doctor Liceaga.

0035 EL BUENTONO DEL CIGARRO



En 1884 se inauguró la fabrica de cigarros El Buen Tono. Su director y fundador fue el empresario francés Ernesto Pugibet, quien se mantuvo al frente de la cigarrera hasta el día que murió, en 1915. La fecha de fundación de la fábrica es controvertida, ya que una cápsula informativa transmitida por la radiodifusora XEB señala como inauguración de El Buen Tono el año de 1875 mientras que la investigadora Thelma Camacho Morfín comenta: Ignoramos la fecha de la fundación de la fábrica El Buen Tono, no obstante que las fuentes secundarias mencionan que fue establecida en la década de los años setenta del siglo XIX, no hemos encontrado ningún testimonio de ella antes de 1885, fecha de sus primeras marcas de cigarros... Si ubicamos la fundación de la cigarrera en 1884, su auge viene en la época en que el desarrollo industrial nacional se encontraba en uno de sus máximos esplendores, por el gran apoyo que procuró el presidente Porfirio Díaz. Ernesto Pugibet viajó de Francia a Cuba, donde aprendió todo lo relacionado con el cultivo del tabaco y la manufactura de cigarros; a su llegada a México, instaló una fábrica cigarrera a la que dio el nombre de El Buen Tono. La señora Guadalupe Portilla, esposa de Ernesto Pugibet, presumiblemente fue quien aportó el capital para la creación de la fábrica,5 que inició como un pequeño negocio familiar ubicado en la calle de Puente Quebrado;6 lugar en el que laboraron artesanalmente cerca de seis años. En un inicio, la producción de la pequeña cigarrera fue distribuida por el mismo Pugibet; pero la buena aceptación de sus productos y el aumento del público consumidor lo obligaron a delegar responsabilidades y la distribución alcanzó un nivel internacional. Alrededor de 1890 Pugibet y su esposa compraron los terrenos que pertenecían al Convento de Monjas de San Juan de la Penitencia y construyeron allí una fábrica cuyo nuevo domicilio era “Plaza de San Juan 218”, ubicada en las actuales calles de Buen Tono y Ernesto Pugibet, en el Centro Histórico del Distrito Federal; lugar en el que ahora se encuentran una torre de Teléfonos de México, un jardín en el que se exhibe un busto del empresario, la iglesia que él mandó construir y un mercado de artesanías.

0034 LAS ARTESANIAS DE LA CIUDADELA

El mercado se localiza en el barrio de la Ciudadela, que se encuentra al suroeste del Centro Histórico de la Ciudad de México a 15 minutos a pie de la Alameda Central, cerca del Metro Balderas. El mercado y el barrio llevan ese nombre por el edificio de la Ciudadela, construido entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, que influyó en la austera arquitectura de la zona. El edificio se construyó originalmente para ser la sede de la Real Fábrica de Tabaco, que estaba bajo el control de la Monarquía española. Originalmente se diseñó por un arquitecto militar durante el periodo de la Independencia de México. La fábrica se convirtió en Ciudadela en 1816, para ser usado como prisión de rebeldes del tipo de José María Morelos y Pavón y mantuvo su función militar hasta principio del Siglo XX. Durante la Revolución mexicana, fue escenario de la Decena Trágica, en 1931 fue declarado monumento nacional.
En 1944 cambió de uso y se convirtió en la Biblioteca de México, después nombrada José Vasconcelos, y sufrió dos remodelaciones, una 1987 y otra en 2012.
El vecindario mantiene su arquitectura original, con una plaza donde se alojan distintos mercados y donde se puede aprender y bailar danzón los sábados y domingos. La plaza y las calles que la rodean son conocidas por ser lugares de encuentro en entre personas que quieren tener sexo libremente (no para ejercicio de la prostitución) pese a los esfuerzos del gobierno por abolir la práctica.
En el norte de la Plaza de la Ciudadela se encuentra una plaza más reciente que es al de Plaza de San Juan.
El mercado se estableció en 1965 como parte de las preparaciones para los Juegos Olímpicos de 1968. La idea central del gobierno era traer artesanías de distintas regiones del país para que fueran un atractivo para las olimpiadas y para el mundial de México 70. El éxito en esos eventos significó que el mercado se mantuviera de forma permanente.
En un principio el terreno era parte de la Cámara de Diputados y fue el presidente Gustavo Díaz Ordaz quien ordenó que el suelo fuese usado para el mercado y pasó a ser administrado por el senado mexicano quien se lo pasó al Gobierno del DF.