Antes de la fundación de los panteones civiles de Dolores, el General de la Piedad y el Francés de la Piedad , los servicios funerarios de la ciudad desde la época novohispana se realizaban principalmente en recintos religiosos y civiles controlados por la Iglesia Católica, institución que administraba dichos servicios y también los registros civiles. Con el arribo de las Reformas Borbónicas, Carlos III determinó en 1787 en España la gradual salida de dichos recintos bajo la administración de la Iglesia fuera del perímetro de las ciudades.
Si bien dicha orden se cumplió en Puebla o Veracruz, la instrucción no se cumpliría bajo mandato español. Fue hasta el ascenso de las leyes civiles de Reforma en que el mandato de que la administración funeraria quedara a cargo de las autoridades civiles1 y se iniciaría en la capital mexicana la costumbre de disponer de los panteones a las que entonces eran sus afueras. Una ley del 3 de julio de 1859 permitió el establecimiento de cementerios de índole civil concesionados a la administración particular Hacia 1874 el Ayuntamiento de México dio la concesión a la compañía Sociedad Benfield, Brecker y Compañía para la construcción del nuevo cementerio civil en los terrenos de la Tabla de Dolores —de donde tomó su nombre— que formaban parte del Rancho Coscacoaco.1 Dicha superficie se localizaba muy fuera de los límites de la Ciudad de México de mediados del siglo XIX. La compañía fue fundada por Juan Manuel Benfield, hijo del inglés William Benfield, un inglés adinerado que llegó a México en 1835 con el fin de que su esposa mejorara su salud con el clima mexicano.1 Debido a que su hija falleció y no le fue permitido enterrarla en el atrio de una iglesia debido a su fe anglicana, prometió construiría un cementerio de índole civil.1 Su deseo se vería realizado por su hijo Juan Manuel con la concesión del panteón de Dolores. La esposa de Benfield fue Concepción Gayosso y Mugarrieta, una de las fundadoras de Eusebio Gayosso y Compañía —empresa con más de 130 años en los servicios funerarios en México—.
El cementerio fue fundado el 13 de diciembre de 18751 bajo un proyecto de planeación que contemplaba un diseño de forma triangular con calles y avenidas internas, así como la construcción de diversos cuerpos de agua como fuentes y cascadas.1
En el año de 1876 es adquirido un lote por parte del gobierno federal para crear la Rotonda de los Hombres Ilustres por orden del presidente Sebastián Lerdo de Tejada.
El 17 de mayo de 1880 Benfield Brecker y Cia. lo vende al Ayuntamiento de la Ciudad de México por solicitud de este.1 El nombre del cementerio se debe a que se construyó sobre una superficie plana del terreno original que se llamaba la tabla de Dolores y así está asentado en la escritura 124 tirada ante el notario José del Villar y Maticorena. Este panteón permitió el cierre de varios cementerios ubicados en el centro de la ciudad, como el de San Fernando y el de Santa Paula, localizados donde hoy se ubica la colonia Guerrero, en la delegación Cuauhtémoc.
Fue abierto al público el 24 de agosto de 1882, año en que fue prolongada una línea de tranvía con tracción animal, que permitía a los habitantes de la ciudad transportar en tranvías especiales a los cadáveres para su entierro.
¿Entonces los de la Guerrero caminan sobre muertitos?
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