CIUDAD DE MÉXICO AÑO DE 1942 QUIEN HUBIESE PENSADO QUE UN ESTUDIANTE DE LA ESCUELA NACIONAL DE CIENCIAS QUÍMICAS HOY FACULTAD DE QUÍMICA DE LA UNAM FUESE CAPAZ DE MATAR A 4 MUJERES Y DESPUÉS AL ESTAR ENCARCELADO CONVERTIRSE EN UN LITIGANTE DEFENDER A SUS AMIGOS Y SER INDULTADO POR EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA A CONTINUACIÓN CONOCEREMOS LA HISTORIA DE ESTE PERSONAJE DE AZCAPOTZALCO
Nombre: Gregorio Cardenas Hernandez
Sobrenombre: El Estrangulador de Tacuba
Fecha de nacimiento: 1915
Sobrenombre: El Estrangulador de Tacuba
Fecha de nacimiento: 1915
La mañana del 8 de septiembre de 1942 en la primera plana del periódico La Prensa, se podía leer un encabezado que decía: Emulando a Barba Azul un Estudiante Sacrificaba a Jovencitas Colegialas. Al abrir el diario se leía una aterradora historia que llevó a Gregorio Cárdenas, su protagonista, a convertirse en el asesino serial más famoso de la Ciudad de México: El Estrangulador de Tacuba.
Nadie hubiera sospechado de Goyo Cárdenas, pues era un alumno destacado de la facultad de Química de la UNAM, cuando aún se encontraba en Tacuba, y tenía una beca de PEMEX. Hace algún tiempo se había independizado de su madre, quien, según cuentan, lo controlaba en todos los aspectos posibles y lo reprimía mucho. Su casa se encontraba siempre en orden; además, contaba con una biblioteca amplia y un pequeño laboratorio. Era una persona excepcional que ocultaba un obscuro secreto.
El 15 de agosto de 1942, Goyo Cárdenas salió de su casa, ubicada en Mar del Norte #54 San Alvaro Azcapotzalco , en busca de una mujer con la que pudiera satisfacerse sexualmente. En una calle aledaña al Centro de la Ciudad, recogió a María de los Ángeles González, una prostituta de 16 años. La llevó a su casa. Entraron a su habitación, en donde sostuvieron relaciones sexuales. Y, cuando Bertha, como la conocían, se encontraba distraída en el baño, Goyo aprovechó el momento, tomó un cordón y la estranguló hasta la muerte. Esa misma noche la enterró en su patio.
Ocho días después, el 23 de agosto, Goyo Cárdenas volvió a recorrer las calles de la Ciudad en busca de una siguiente víctima. En la calle recogió a una prostituta de 14 años que fue identificada como Raquel González León, aunque la identidad real de la víctima sigue sin conocerse, pues Raquel apareció viva meses después. La mujer sin identificar se impresionó por la biblioteca del Estrangulador de Tacuba, por lo que empezó a recorrerla después de sostener relaciones sexuales con él. En ese momento, Gregorio tomó el mismo cordón que usó con María y estranguló a la menor de edad para después enterrarla en su patio.
La tercera víctima de Goyo Cárdenas también fue una prostituta menor de edad. El 29 de agosto,Rosa Reyes Quiróz acompañó a Gregorio a su casa. Pero al descubrir que el lugar estaba ya muy desordenado y descuidado, empezó a desconfiar de su cliente, por lo que nunca llegó a acostarse con él. Aún así, su suerte no fue diferente a la de sus antecesoras. Murió estrangulada por el mismo cordón de Goyo y fue enterrada en el mismo patio. La única diferencia, fue que Rosa luchó por su vida mientras trataban de asesinarla.
Cuatro días después, el 2 de septiembre, Goyo Cárdenas realizó su último crimen, el mismo que le quitó la libertad. Ese día Gregorio invitó a salir a Graciela Arias Ávalos, una estudiante del bachillerato de ciencias químicas de la UNAM. Ella aceptó y ese mismo día Goyo pasó por ella para llevarla a su casa, que se ubicaba en Tacubaya #63. Al llegar a su domicilio, Gregorio le confesó su amor a Graciela, quien lo rechazó inmediatamente. Enojado, Goyo trató de besarla a la fuerza, y lo único que recibió fue una fuerte bofetada. En ese momento, Gregorio arrancó la manija de la puerta y empezó a golpear a Graciela en la cabeza hasta matarla. Al no saber que hacer, regresó a su casa y la enterró con sus otras tres víctimas.
El 7 de septiembre, Goyo Cárdenas se internó voluntariamente en el Hospital Psiquiátrico del Dr. Oneto Barenque. Sin embargo, un día después, fue visitado por el subjefe del servicio secreto, Simón Estrada, y fue interrogado por la desaparición de Graciela, quien era hija de un importante abogado. En ese momento, Goyo Cárdenas confesó que la había matado y enterrado en su patio, por lo que fue escoltado por la policía al inmueble de Mar del Norte, donde los forenses encontraron un pie en descomposición saliendo de la tierra. En ese momento se encontraron con los cuerpos de las cuatro víctimas del Estrangulador de Tacuba. También encontraron un diario personal en el que Goyo hablaba la muerte de Gracielita:
“El 2 de septiembre se consumó la muerte de Gracielita. Yo tengo la culpa de ello, yo la maté, he tenido que echarme la responsabilidad que me corresponde, así como las de otras personas desconocidas para mí. Ocultaba los cadáveres de las víctimas porque en cada caso tenía la conciencia de haber cometido un delito“
Desde ese momento, los medios convirtieron a Goyo Cárdenas en una personalidad. Los periódicos ynoticieros sólo se enfocaban en él y aprovechaban cualquier oportunidad para retomar la historia de quien fuera encerrado en el Palacio Negro, Lecumberri. Meses después, El Chacal, como lo llamaron algunos diarios, fue transferido al Manicomio General de La Castañeda, alegando su locura. Cabe mencionar que, cuando era niño, El Monstruo (otro apodo para Goyo) sufrió de encefalitis temprana, lo que, según afirman, originó comportamientos anormales, como la crueldad animal. En La Castañedarecibió diferentes tratamientos, como electroshocks e inyecciones de pentotal. Y no pasó mucho tiempo para que Goyo tuviera acceso a la biblioteca del manicomio y a las clases de Psiquiatría que impartía el director del hospital. Incluso alegan que le daban permiso de ir al cine con sus conocidos.
El 25 de diciembre de 1947, El Chacal huyó de La Castañeda y se encaminó a Oaxaca; sin embargo, fue reaprehendido. Él alegó que no era una fuga, que sólo se iba de vacaciones. Un año después, regresó a Lecumberri. Estando preso en el Palacio Negro, Goyo Cárdenas estudió Derecho y se convirtió en litigante; también escribió varios libros como Celda 16, Pabellón de Locos y Adiós Lecumberri. También empezó a dirigir una revista y a pintar. Dentro de la cárcel abrió una tienda de abarrotes que le permitía mantener a una familia que formó estando preso.
En 1976, tras una apelación que realizó la familia de Gregorio, el entonces presidente, Luis Echeverría, le concedió el indulto al Estrangulador de Tacuba al considerarlo “una celebridad“. Poco tiempo después, Goyo Cárdenas fue invitado al Congrso de la Unión, donde se le rindió un homenaje al ser “un gran ejemplo para los mexicanos” y un “claro caso de rehabilitación“.
El 2 de agosto de 1999, Goyo Cárdenas murió, terminando con la leyenda del Estrangulador de Tacuba.
FUE ASI COMO ESTE VERACRUZANO SE CONVIRTIO EN UN EJEMPLO DE READAPTACION SOCIAL QUE JAMAS SE HA REPETIDO EN MEXICO
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